EXCURSIÓN A BULNES
Un día decidimos hacer una nueva ruta hacia los Picos de Europa, el destino era Bulnes. En un principio pensamos subir y bajar con el funicular y realizar una de las rutas que se pueden hacer desde allí. Al final decidimos subir en el funicular que es un tren cremallera que discurre por un túnel excavado en la montaña. El precio es algo elevado pero si queremos subir a ese pintoresco pueblo o lo hacemos a pie por la garganta, opción para los más osados, o sino a través del funicular.
Esta pequeña aldea está aislada en los Picos de Europa y por sus vistas y situación tiene un encanto especial que no nos lo queríamos perder.
Al llegar a Poncebos nos dirigimos al funicular y sacar los billetes para el próximo viaje. En escasos 10 min estaremos en Bulnes. Es una pequeña aldea que hasta hace bien poco solo se podía acceder a ella a pie subiendo por la bonita y espectacular garganta del Texu, hasta que se construyó el funicular. Antes, realmente era un lugar de paso para poder ascender al Picu Urriellu.
Cuando llegas a Bulnes y observas la belleza de sus alrededores, majestuosas montañas que te abrigan y te acogen sientes una sensación de libertad y paz…., sin palabras..
Puedes disfrutar de la gastronomía asturiana en sus bares y restaurantes pintorescos. Sin embargo otra opción que es la que nosotros elegimos fue dirigirnos a un cristalino arroyo y sentarnos a disfrutar del momento, observando la naturaleza y comiendo unos bocadillos preparados que nos supieron como buenos manjares. Esos momentos los recordaremos siempre como algo mágico.
Después de comer decidimos ir a Bulnes a unos de los barecitos a tomarnos un buen café.
Al final decidimos realizar el descenso desde Bulnes por el canal del Texu. Empezamos a caminar por un sendero que sale de Bulnes. Al principio es más ancho y llano y se puede caminar sin problemas incluso para aquellas personas que sientan algo de vértigo. Según vamos descendiendo, el sendero se estrecha y encontramos algunas piedras en el camino y rebaños de cabras. Aconsejamos andar despacio y prestando mucha atención en especial cuando llevamos niños.
Caminábamos entre impresionantes paredes calizas en el desfiladero y realizábamos movimientos en zigzag para ir salvando el desnivel, acompañados del sonido del arroyo durante todo el recorrido. El valle nos va dejando a ambos lados preciosas vistas.
Tras una hora y 30 minutos aproximadamente llegamos a nuestro destino, Poncebos, final de la ruta.
Luego nos dirigimos a nuestra casita de ENTRECASTAÑOS a descansar, viendo el espectacular atardecer desde el jardín.
Hemos pasado una jornada estupenda, realizando buenas fotografías y que siempre recordaremos.
Almudena Meneses 608 82 05 40.
Ya sabes que cuando vienes a ENTRECASTAÑOS, os asesoramos de rutas de todos los niveles, para todos los gustos.
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